El casco de polo es un casco de equitación, solo que tiene un estilo característico y está sujeto a un estándar específico de los cascos para montar a caballo. El cuidado y mantenimiento es el mismo para todos, así que aquí nos referiremos a él como casco de equitación porque aplica a todos.
Cuando sale de nuestra fábrica, un casco de equitación ofrece el máximo nivel de protección. Con el tiempo, los materiales se degradan de forma natural, incluso si nunca has utilizado el casco.
La protección también se reduce en función del uso, el cuidado y el almacenamiento del casco, así como después de cualquier tipo de impacto.
¿Con qué frecuencia se deben reemplazar los cascos?
La vida útil máxima de un casco de equitación es de cinco años, a partir de la fecha del primer uso, dependiendo de la frecuencia de uso. Aunque no hayas sufrido ningún accidente con el casco, es recomendable sustituirlo una vez transcurrido este tiempo. Esto se debe al desgaste natural de los materiales.
Si tu casco sufre cualquier tipo de impacto, por pequeño que sea, sus cualidades protectoras se verán comprometidas. En general, por norma, debes reemplazar el casco antes de volver a montar.
Por último, el casco debe ajustarse perfectamente a la cabeza. Si el casco te queda demasiado holgado o demasiado apretado, es hora de cambiarlo.
Cómo saber si tu casco está dañado
Si has sufrido una caída importante, es posible que notes grietas en el exterior del casco y será obvio que hay que cambiarlo. Sin embargo, en la mayoría de las situaciones, el daño real será invisible a simple vista, ya sea por el envejecimiento o por cualquier impacto. En el caso de los cascos de polo clásicos, la cáscara exterior está cubierta por tela o cuero, lo que hace difícil visualizar una grieta.
→ En Falcon Polo ofrecemos un servicio de revisión del casco de polo luego de una caída, para buscar micro-fracturas que puedan afectar la protección.
La capa interior (de EPS o EPP) es la que ofrece mayor protección, pero también es la parte más frágil del casco. Esta capa se encuentra oculta entre la capa exterior y el revestimiento interior. El EPS y el EPP se componen de bolitas que absorben la energía y están llenas de aire para formar una burbuja microscópica. Estas bolitas estallan al recibir un impacto, de modo que pueden absorber y disipar la energía de un impacto para proteger el cráneo.
Cada vez que el casco recibe un impacto, la capa de EPS/EPP se comprime. No ofrecerá el mismo nivel de protección si recibe otro impacto, aunque no haya daños visibles en el exterior del casco. Por eso es muy difícil saber si un casco está dañado con solo mirarlo sin un equipo especializado.
Por lo tanto, deberías reemplazar tu casco de equitación después de cualquier impacto, sobre todo si fue una caída sobre una superficie dura.